miércoles, 10 de octubre de 2007

Tópicos muy habituales en las conversaciones sobre viajes (V de X)

Tópico 5: "Contratar tu propio coche de alquiler da mucha más libertad para viajar que el transporte público". No voy a ser yo quien discuta que en muchas ocasiones así puede ser, pero me parece que esta afirmación es demasiado categórica y que también está muy sujeta a lo que cada uno podamos entender como significado de la palabra libertad.

Antes de continuar, recuerdo que lo que se pretende con esta serie de artículos no es enfrentar unas formas de viajar con otras (que cada uno tenemos la que tenemos y con que sea satisfactoria para nosotros es suficiente), sino analizar tópicos y poner en tela de juicio -si se tercia y con argumentos- "esas verdades o medias verdades", que en muchos casos se dan por absolutas, sin siquiera haber reflexionado sobre los conceptos que proponen.

Para empezar, hay numerosos países –por supuesto, no los de Europa- donde contratar un coche con conductor cuesta lo mismo o incluso a veces más barato -si se sabe regatear con paciencia y algo de estilo- que optar por el vehículo de alquiler conducido por uno mismo.

Esta fórmula de contratar conductor mantiene todas las ventajas del coche de alquiler y añade algunas más que aumentan el grado de libertad. Como son, por ejemplo, no tener que estar atado todo el día a mapas de carreteras y preguntar a transeúntes por donde se va a tal sitio o poder ir disfrutando más intensamente del paisaje, la conversación y los acontecimientos, al no tener que ir pendiente de un volante. Todo ello, claro está, además de soler disponer de un conductor que controla al dedillo la zona y que nos ofrece más alternativas (más libertad) para poder recorrerla al completo.

De lo que no cabe la menor duda sin embargo, es de que el coche (sea de alquiler o con chofer) es el medio que más rápidamente permite desplazarse, viendo a la vez un mayor número de lugares en el menor tiempo posible y pudiendo, generalmente, llegar a lo sitios más inaccesibles. Es decir, con estos sólidos argumentos estamos hablando de velocidad, eficiencia y fácil accesibilidad, pero nada o casi nada –desde mi punto de vista- hay en esta exposición relacionado con la libertad.

La libertad está más asociada con hacer en cada momento lo que a uno le apetece, poder elegir entre diferentes opciones cuando se va viajando y tener la oportunidad de optar y disfrutar de más situaciones imprevisibles a lo largo del trayecto. Y en eso, el coche de alquiler no solo es que ofrezca el mayor grado de libertad, sino que incluso ofrece menos que viajar en transporte público, en bici o andando.

Conducir uno mismo un coche –al margen de que te tiene que gustar, porque sino ya no se es libre-, supone dedicar mucha atención a la conducción y menos a otros aspectos más placenteros del viaje; transitar en la monotonía y la escasez de opciones que brinda el aislamiento constante de moverte en una burbuja de cuatro paredes con cristales y no poder aprovechar los desplazamientos para cosas tan gratificantes como escribir, leer, ver películas, pensar, escuchar música, dormir y sobre todo, charlar y conocer gente (en un tren, autobús, en un abarrotado microbús o en un taxi colectivo en mitad del desierto).

Mas después de todo lo analizado y dicho, la conclusión, como casi siempre, acabaría tropezando con los dogmas absolutos y entrando en el excitante terreno de lo relativo. Así es posible, que en los países dotados de un transporte público excelente (que no siempre se corresponden con los súper desarrollados, dado que hay naciones con muy pocos recursos económicos que sin embargo gozan de muy buenos –aunque arcaicos a veces- sistemas de transporte) esta sea la fórmula que permita un viaje más libre, pero no así en otros, donde optar por el coche de alquiler nos dará muchas más posibilidades.

Y aún diría más. Hasta en un mismo viaje, optar por las diversas formas de transporte, adecuándolas a cada momento y lugar, será tal vez la formula que más libertad nos pueda dar. La que menos, seguro, recurrir a los tópicos.

Escrita el 1 de marzo de 2.007

No hay comentarios: