sábado, 13 de octubre de 2007

Por mucho que algunos se empeñen, su nombre es Myanmar y no Birmania

Antes de emitir opiniones y trazar argumentos en esta sección de reflexiones tan subjetivas, suelo tratar de documentarme sobre los diferentes aspectos objetivos que pueden contenerse en ellas

Intento también respetar bastante los criterios de organismos tan solventes como pueden ser la siempre útil enciclopedia Wikipedia o el Diccionario Panhispánico de Dudas, pero en esta ocasión no puedo estar de acuerdo con ellos y tengo que alinearme con la Organización de las Naciones Unidas o la propia Unión Europea: Birmania no es ni Birmania, ni la antigua Birmania, ni la Ex Birmania, ni otras denominaciones incluso más raras que hemos oído en los desorientados medios de comunicación durante las últimas semanas. Birmania como tal, no existe y si Myanmar. Y no le demos más vueltas, porque así han decidido llamarse ellos y es este el que figura como nombre oficial de dicho estado.

Después de que como casi todos, haya estado estos últimos días ocupándome desde la media distancia por conocer los sucesos y avatares del país de la revolución del azafrán, me llamo bastante la atención el desconcierto generalizado de los medios de comunicación sobre la denominación de Myanmar. Sin contemplaciones, se han liado la manta a la cabeza, como si en cada Redacción hubieran dado barra libre para que cada periodista llamara a este estado como bien le pudiera venir en gana. Ni jefes -o geógrafos, llegado el caso- con criterio, ni libros de estilo, ni bases de documentación…

Que digo yo, que los de Myanmar tendrán derecho a llamarse así si les da la apetece –y parece que sí- y no como nosotros queramos o como recomiende denominarlos un Diccionario Panhispánico, que me da a mi que de dudas sobre nuestro idioma sabe mucho, pero de Myanmar muy poco.

Puede parecer una cuestión baladí –no lo es, teniendo en cuarenta todas las susceptibilidades que despiertan los términos que denominan a pueblos, naciones o estados-, pero a ningún locutor en los informativos –bueno, tal vez a Urdaci- se le ocurriría referirse –y menos constantemente- al País Vasco o Euskadi como las antiguas o ex –Vascongadas. O en el tiempo dedicado a los deportes el presentador de turno quedaría algo anacrónico –además de ridículo- si se empeñara en informar sobre la semifinal del Europeo de Baloncesto entre España y Grecia como un enfrentamiento en la cumbre de las antiguas Hispania y Helade.

Y los rizos se podrían seguir rizando ya de forma más peligrosa si definiéramos a Estados Unidos como la antigua colonia británica que fue, a la Francia del orgulloso Sarkozy como la ex Alemania nazi de la ocupación o al actual Irak como Confederación de Territorios de Ultramar Británico-Estadounidenses

Y a más pequeña escala, pues como si nos da a llamar a Laura la Ex de Juan o a Mariano, aquel que compartió piso con nosotros en cuarto de carrera. ¡¡Con lo bonito que suenan las cosas llamadas por su nombre!!.

Mirad que yo soy bien de izquierdas, pero me parece estupendo que, al Gobierno de España –dado que efectivamente, se trata del Gobierno de España-, se le denomine Gobierno de España. Porque España se llama España y es para España o en su defecto para Madrid, Barcelona, Bilbao… y no es para ”este país” o “el estado” para donde piden un billete de avión los casi sesenta millones de turistas que entran por nuestras fronteras o aeropuertos.

Por lo demás, espero que de aquí a un año la estabilidad –ya que lo de la democracia parece difícil- haya vuelto al país, dado que MYANMAR es uno de los platos fuertes de nuestra futura y anhelada vuelta al mundo.

Escrita el 2 de octubre de 2.007

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bueno el razonamiento, pero tiene un par de fallos. Primero, uno de los ejemplos que has utilizado, el de Grecia, no es muy adecuado. Los griegos se llaman a si mismo Hellas, en la transcripción fonética de la escritura griega. Según tú mismo razonamiento ¿con que derecho llamamos Grecia a su país, si ellos se siguen llamando como siempre? Segundo, el gentilicio. ¿Cómo se supone que debemos llamar a los birmanos? ¿myanmarienses? ¿myanmarinos?

Anónimo dijo...

¡¡No está mal tu planteamiento!!, sobre todo en el primer argumento. Poruqe en el segundo yo no veo impedimento a llamarlos como tu indicas. O si no, el gentilicio puede seguir siendo Birmano, igual que los de Calatayud son bilbilitanos.