viernes, 12 de octubre de 2007

Seguirán las reflexiones, al menos hasta que lo deje todo o me compre Google

El otro día me comentaba un lector de esta web que aún me queda pendiente la segunda parte de la reflexión sobre mi jefe antiguo y tiene toda la razón. Me encanta que haya gente tan pendiente de los contenidos de la página.

Por supuesto que escribiré esa segunda parte, igual que quiero seguir profundizando sobre las cuestiones relacionadas con los viajes de larga duración y sobre dejarlo todo y largarse a recorrer mundo. Me pregunto, por ejemplo, que me llevaría yo en el equipaje si emprendiera un viaje sin retorno y caigo en la cuenta de que no soy de las que se liaría la manta a la cabeza para irme con lo puesto. Vamos, que el ordenador portátil y el móvil serían los primeros objetos que entrarían en el equipaje y a partir de ahí, ya veríamos. Pero de esto hablaremos otro día.

También tengo otros cuantos temas pendientes sobre los que me apetece mucho reflexionar en esta sección, tales como las fotos de los viajes, mis manías y supersticiones viajeras, viajes y colecciones o la incidencia de lectores en las distintas secciones de esta página según la época del año (es curioso comprobar como a principios de verano se disparan las lecturas del relato a los fresquitos países nórdicos bálticos y en otoño e invierno las de Marruecos y Egipto).

Y al margen de reflexiones ingeniosas, sesudas, desacertadas o pastelonas (que de todo ha habido, hay y habrá en este apartado), quiero volver a recuperar el espíritu beligerante y reivindicativo que ha caracterizado en algunos periodos a esta sección. Así que no tardando mucho –probablemente una vez que hayamos vuelto de nuestro periplo por los Cárpatos, los Balcanes y Albania y haya escrito y montado el relato- me lanzaré directamente a la yugular de algunos. Ahí van unos cuantos ejemplos.

-Lo sinvergüenzas que son los gestores de casi todas las compañías de ferrocarriles europeas y la opacidad que generan.

-La página del Ministerio de Asuntos exteriores (www.mae.es ). Mucho meter miedo y poca actualización de la información.

-El derecho que las autoridades nos deben a vivir dignamente (incluido en los aeropuertos) y a morir también dignamente (incluido por ataque terrorista a bordo)

-El misterioso misterio de por qué en muchas ocasiones cuesta más dinero recorrer los 15 kilómetros del aeropuerto al centro de la ciudad, que los 2.000 de un trayecto aéreo de radio medio

-El cáncer terminal que se está zampando lentamente a los foros de viajes. En esta ocasión, me refiero más a determinada fauna de usuarios que a los administradores.

-La prepotencia y arrogancia de algunas páginas de viajes, a las que parece molestar que algunos montemos nuestros propios proyectos y no publiquemos en ellas. No son muchas, pero entre ellas está una de las más conocidas.

Así que mientras espero ansiosa el pelotazo de la OPA que lance Google para la adquisición del 100% de las acciones de esta web y que me retire de por vida –para viajar mucho y reflexionar poco-, seguiré exponiendo por aquí mi parecer sobre las cosas que me inquietan. ¡¡Ya sabéis: Cuando el diablo no tiene nada que hacer, le da al rabo!!.

Escrita el 20 de junio de 2.007.

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