sábado, 6 de octubre de 2007

Preparar un viaje: Hoja de excel, el imán del frigorífico y un juego de libretas (IV de VI)

Se podrían dar cinco, 25, 750 o habría quien incluso –por su dilatada experiencia viajera- pudiera llegar al millón. Pero por aquello de encuadrar la cuestión en parámetros habituales y razonables, voy a resumir en 10 las recomendaciones que la propia experiencia me hace siempre tener en cuanta a la hora de viajar por el mundo.

1.- La mejor improvisación es la que procede de una planificación milimétrica y meticulosa. Quien planifica, siempre, tiene planes B, C o D ante posibles adversidades o ante un cambio de sus deseos o estado de ánimo. Se puede ir a la aventura con un viaje perfectamente planeado. Hay quien tiende a confundir la palabra aventura con el término inconsciencia o riesgos innecesarios. Conocerse a uno mismo es uno de los aspectos fundamentales a la hora de escoger una buena planificación

2.- Ser flexible. Planificar, no significa cumplir los planes prefijados al 100%. Planificar no es otra cosa que establecer las preferencias y las alternativas, pero luego el viaje y los destinos deben ser los que marquen el ritmo. Además, siempre hay elementos no previstos que suelen alterar y retrasar el devenir de las cosas.

3.- No abandones un destino en el que estés a gusto, porque de antemano hubieras planeado un número de días determinados. Es incluso mejor, dejar la siguiente etapa para otra vez. El poso que nos queda, son los momentos inolvidables de cada viaje, no el número de lugares que hemos conocido.

4.- Si eres de los que te gusta vivir el momento y te encanta viajar por libre, planifica, pero deja abiertos la mayoría de los aspectos del viaje. Cerrar de antemano los vuelos de ida y vuelta y las noches de hotel del primer destino y dejar el resto abierto puede ser una buena práctica (salvo para destinos muy masificados y en temporada muy alta –agosto, puentes…). No te preocupes, llevo diecisiete años viajando de esta forma y nunca jamás me quedé tirada en algún sitio sin un transporte o me tocó dormir en la calle por no encontrar alojamiento. Ni siquiera en los tiempos que no tenía demasiada experiencia e iba con un presupuesto limitado. Naturalmente, nada mejor que aplicar el sentido común a este principio.

En los últimos años y con la popularización de las aerolíneas de bajo coste, el punto que he expuesto es muy matizable. A veces hay billetes de avión tan realmente baratos, que podemos permitirnos el lujo de cerrar itinerarios de forma muy anticipada y renunciar a ellos, llegado el caso, si lo consideramos necesario.

5.- Si vas a hacer largos desplazamientos de forma terrestre, construye tu itinerario para cubrir las distancias más largas por la noche. Avanzarás el camino mientras duermes, ahorrarás noches de hotel y llegarás al destino con todo el día por delante para disfrutarlo. Llegar a primera hora también te ofrece una más amplia gama de alojamientos y precios para poder elegir.

Escrita el 31 de octubre de 2.006

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