sábado, 13 de octubre de 2007

El sudoku de los visados me está volviendo loca

China, Tibet, Nepal… Cada tarde dedico –siempre que el tiempo me lo permite- un ratito a ir organizando nuestra previsible próxima vuelta al mundo y es ¡¡¡es horrible!!!. ¡Cuando llegará el día que supriman los trámites burocráticos (visados, permisos especiales…) para cruzar de un país a otro!.

Estaría genial que hicieran una especie de interrail mundial, pero de visados. Pagando una cantidad fija (me daría igual incluso que fueran mil o mil quinientos euros, lo que me importa es quitarme de en medio la burocracia), se obtendría una especie de Carné Internacional de Viajero (CIV), que sirviera para poder transitar por todos los países del mundo sin ningún tipo de limitaciones y con total libertad de movimientos.

Sería válido para un periodo de tiempo determinado -por ejemplo, cinco años- y de cómo se repartieran la recaudación los distintos países del planeta, a mi, personalmente, me la trae al pairo

Si ya es tremendamente difícil tomar la decisión de largarse dos años a recorrer el planeta y bastante deprimente el que te llenen el brazo de agujeros con las dichosas vacunas; luego viene Paco, el de las rebajas del dicho, pero esta vez con el sodoku de visados y permisos, no apto siquiera para los que manejan el nivel avanzado de este pasatiempo japonés (que en realidad y aunque resulte extraño, no se inventó en el país nipón, sino en Estados Unidos: http://es.wikipedia.org/wiki/Sudoku ).

¿Es lo mismo ir de Bilbao a Madrid, que de Madrid a Bilbao?. Aunque el destino final varía en ambos casos, técnicamente es idéntico, dado que se hacen los mismos kilómetros, se pasa por los mismos lugares, se viene a tardar el similar tiempo y se consume más o menos la igual cantidad de gasolina.

¿Es lo mismo ir desde Katmandú (Nepal) a Pekín pasando por Lhasa (Tibet, en China), que de Pekín a Katmandú, pasando igualmente por Lhasa?. Definitivamente no. Ciertamente, vendrás a tardar lo mismo en ambos recorridos y se pasará por idénticos sitios, pero lo que costará económicamente no será lo mismo y tampoco los papeles necesarios se corresponden los unos con los otros.

A modo de ejemplo, si se hace España-China-Tibet-Nepal se podrá llevar el visado chino hecho desde aquí. Pero si se pretende empezar el recorrido al revés, este no servirá de nada. ¿No os lo creéis?. Aquí pongo este párrafo extraído de un hilo del foro de Lonely Planet en castellano:

“Si vas a entrar desde Nepal no merece la pena que lleves el visado chino individual porque no te va a valer, ya que tendrás que hacer en Katmandú el visado de grupo (al menos con otra persona más). Después en Lhasa tendrás que cambiar este visado de grupo por un permiso individual (supongo que es un visado individual o documento equivalente) para continuar viaje por otras zonas de China”.

Otro ejemplo. Parece ser que el viaje por agencia puede salir hasta tres veces más caro de Katmandú a Lhasa que a la inversa.

Así que dependiendo de cómo se sea capaz de resolver el sudoku de visados y permisos, se tendrán más o menos problemas en las fronteras y se gastará más o menos dinero.

De todas formas, a mi esto de dar la vuelta al mundo cada vez se me parece más a un juego de ordenador, en el que a medida que vas avanzando pantallas, aumenta el grado de dificultad.

La pantalla 1ª es Europa, con apenas inconvenientes. La 2ª Oceanía, ya con dos componentes a salvar, como son las distancias y la dispersión. La 3ª sería Asia, donde es necesario visado para casi todos los países y hay que hacer encaje de bolillos, si es que se quiere recorrer el continente casi entero de una vez.

La 4ª nos lleva a Latinoamérica: Inseguridad, delincuencia, drogas, guerrillas... Y la 5ª y última África, que tiene prácticamente todas las dificultades de las anteriores y más: Las cepas más fuertes de malaria, enfermedades tropicales, miseria, inseguridad, guerrillas, animales salvajes… Una vez superada esta, es cuando realmente uno se hace dueño de su viaje. Hasta ese momento, es el viaje el que nos domina a nosotros.

Escrita el 13 de septiembre de 2.007

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