viernes, 12 de octubre de 2007

¡Dios mío, yo también me estoy convirtiendo en lowcostpata! (IV de IV)

Y por último, están las aerolíneas que sin mayor remordimiento mezclan varias o todas estas prácticas, expuestas en la reflexión anterior.

Bueno, por último no. Porque hubo una, que no solo nos cobró lo que prometía desde el principio, sino que además nos dejó (en nuestro próximo vuelo de Madrid a Milán del 1 de julio) elegir los asientos que queríamos en la aeronave, sin tener que pagar a mayores 1 solo euro: Vueling. Para los que los aviones nos dan cierto respeto, que te dejen elegir asiento y poder escoger entre los de las primeras filas del avión, es muy gratificante.

Enriquecí en algunos casos la pequeña investigación sobre el bajo coste, con algunas opiniones de viajeros sobre determinadas aerolíneas y me resultaron chocantes algunas que leí, creo recordar, sobre la compañía Smartwings. ¿Hasta tal punto han calado en la clientela determinados mensajes?.

Yo he sostenido –y sigo sosteniendo- que en muchas compañías aéreas de las de bandera –Iberia entre ellas- se come mejor que en muchas casas, a pesar de que me haya pasado años leyendo en los foros que menuda mierda es la comida que se sirve en la mayoría de los vuelos. Pues ahora resulta –solo hace falta que lo expresen de forma poética- que se leen opiniones –y no una ni dos- sobre las excelencias de las viandas que proporciona Smarwings, que entrega a los pasajeros una pequeña bebida y un bocata. ¡En fin, pilarín, lo que tiene que leer una. Bendita paciencia que hay que tener!.

Claro, luego haces probaturas en unas cuantas fechas sobre como te salen de precio los vuelos en esa compañía o en otra de bandera y te das cuenta de que para la mayoría de las fechas son similares o aproximados.

No quisiera finalizar este conjunto de reflexiones sobre las low const sin hacerme la siguiente pregunta. ¿Qué es una compañía bajo coste?.

Desde mi punto de vista, sería aquella que ofrece vuelos a precios muy bajos de forma muy habitual. Y ello, sin tener que ceñirse a ofertas muy concretas o destinos puntuales, a reservar con lustros de antelación o a estar todo el día buscando a la ganga, dado que con estos métodos se pueden conseguir buenos precios en cualquier compañía del mundo.

Ateniéndome a mi propia definición y a las experiencias personales y de conocidos, desde mi punto de vista solo habría dos compañías realmente bajo coste en Europa: La irlandesa Ryanair y la española Vueling. Y debo decirlo así, a pesar de que Planeta, que es la editorial que gestiona esta última compañía, no es precisamente santo de mi devoción (ello no es solo debido a la cierta manía, que pueda tener a la marca Geoplaneta, sino a razones mucho más poderosas que no vienen al caso)

Si algún viajero conoce otras aerolíneas que cumplan esta característica de precios baratos casi siempre y me lo comenta por mail, no dudéis que lo pondré por aquí.

Quiero aclarar finalmente, que en ningún momento he querido decir que los billetes de avión en general, y en el corto y medio radio en particular, sean caros. Todo lo contrario. Hoy en día es más barato volar a casi cualquier destino que hace diez años. Ya quisiéramos que pasara lo mismo con los billetes de tren. Lo que si afirmo es que si algo se vende como bajo coste, tiene que serlo.

Escrita el 7 de junio de 2.007

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