sábado, 6 de octubre de 2007

Hace una semana que abandoné los foros de viajes

Tras cinco años participando activamente casi a diario, hace ya una semanaque he decidido abandonar los foros de viajes. Me han dado mucho a lo largo de todo este tiempo. Mis viajes en los últimos años, han gozado de un salto de calidad, al contar con las experiencias de muchos que ya habían recorrido esos lugares y al poder compartirlos y revivirlos con otros a mi vuelta.

Además, me han animado a seguir viajando, a escribir largos relatos de viajes, a seguir mejorando el nivel de un segundo idioma que nunca llego a dominar completamente, a querer aprender sobre fotos para hacerlas con mayor calidad….

Y sin decir aquello de que de ese agua no volveré a beber, es posible que haya terminado un ciclo (o tal vez no), como el de los entrenadores en sus banquillos o como el de los políticos en sus poltronas. Que más que ciclos, son círculos, que no se sabe muy bien donde se inician y donde terminan.

Curiosos son los foros de viajes y curiosa la fauna que circulamos por ellos. Animales (más o menos racionales) difíciles de llevar al redil, por lo visto; a tenor de que la administración y la moderación de todos los que he estado siempre han tenido serias dificultades para establecer y hacer cumplir unos criterios de convivencia amigable y armónica. En unos casos por abandono total, en otros por dejadez o desconocimiento de la materia y en alguno más, por comportamientos mafiosos, flagrantes desconsideraciones y abusos de poder de sus gestores.

Pero los foreros pasamos y los foros siguen. Con esa mayoría silenciosa de devoradores de hilos y de historias que nunca se darán a conocer. Pero también con los que únicamente van a preguntar por su viaje, por quienes se dedican (o nos hemos dedicado) en cuerpo y alma a ellos, por aquellos que encuentran allí un lugar y unas personas para pagar sus frustraciones o por quienes –directamente y sin miramientos- se dedican a reventarlos y destruirlos

No obstante, al margen de organizar o revivir increíbles viajes, el mayor regalo que me han dado los foros es la amistad y la dedicación de una docena de viajeros, con los que ahora espero mantener una comunicación de mayor calidad. Ahí, es donde también fallan los foros: Las comunicaciones ni son equilibradas, ni muchas de las veces tienen la suficiente calidad.

Escrita el 21 de septiembre de 2.006

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