sábado, 6 de octubre de 2007

Después de navidades decidiré sobre sobre el futuro de esta Web

Supongo que en otras materias ocurrirá los mismo, aunque lo desconozco; pero para hacer y mantener una web o un blog de viajes no comercial (en mi caso, por lo menos) hace falta mucha fuerza de voluntad y esfuerzo, sentido del altruismo y del dar algo a cambio de nada y, porque no decirlo, una buena dosis de ego. Es que a falta de una recompensa económica por el trabajo realizado, se genera una recompensa emocional por poner en conocimiento de los demás cuanto viajas, las cosas que conoces, lo bien que te salen los viajes y el número de visitas que genera tu sitio web, para luego alardear diciendo que tienes cien, doscientas o diez mil visitas diarias


Cuando yo creé esta modestísima página, gracias al soporte técnico que me ha ido dando un buen amigo viajero que ahora vive en Brasil, tenía asumida la doble vertiente de la misma: Por un lado que fuera un entretenimiento para mi y una forma de recopilar en un solo sitio textos y fotos de mis experiencias viajeras por el mundo y por otro, que fuera una forma de ayudar gratuitamente a los demás. Nunca me planteé sacar un rendimiento económico y no me arrepiento de ello, dado que afortunadamente, mi situación económica es lo suficientemente desahogada para permitirme vivir holgadamente sin depender de esto.


Esta página ha llegado a tener 200 visitas diarias en sus mejores días (unos poquitos) y tras tener una media de unas 110, ahora ronda las ochenta y cinco. Debo reconocer que a mi también me entusiasmó este asunto de las visitas en los primeros tiempos y que diariamente miraba los contadores para ver quienes entraban y de donde procedían


Pero en la actualidad, el tema de las visitas ha dejado de motivarme. Tener más o menos visitas lo único que indica es que la página está mejor o peor difundida en la red, pero no necesariamente que sea útil o buena. Habrá páginas buenísimas con 10 visitas diarias y las habrá malas con más de cinco mil. Es cierto que el dato de usuarios que retornan puede medir el interés que despierta tu sitio, pero de una forma vaga e incierta.


A través de los contadores nunca se podrá saber cual es el perfil de usuario que entra, su edad, que es lo que realmente estaba buscando cuando encontró tu sitio, el grado de satisfacción al terminar, que propuestas plantearía para mejorar la web….


Satisfecho mi ego, pasada la euforia de los contadores y con la incertidumbre de si esta Web resulta útil o no, me estoy planteando seriamente (aunque aún sin adoptar una decisión definitiva) la cancelación de este sitio y la vuelta a la distribución de mis relatos mediante correo electrónico, por unas cuantas razones.


-Cuando lo hacía así, al menos conocía la identidad de quien usaba la información, sabia si le resultaba útil o no y cual era lo que más y lo que menos y en casi el 100% de los casos, me daban las gracias. Ahora, ninguna de estas tres premisas se cumple. Salvo honrosas excepciones, los visitantes de este sitio –como los de la casi todos- están compuestos por esa mayoría silenciosa que viaja por Internet, recopila y se marcha sin dejar más rastro.


-Los que si se comunican, más que para dar las gracias, lo hacen para solicitar mayor información todavía. Algunos –no son muchos, es verdad- llegan a pensarse que fueras una Oficina de Turismo abierta las 24 horas. El caso extremo me sucedió hace unos días, cuando alguien –evitaré decir su nombre- me envió un correo electrónico diciéndome que a ver si terminaba pronto el relato de Egipto, que se iba para allá en pocos días y necesitaba más datos.


-Las acusaciones que he recibido de estar haciendo publicidad y de ganar algo con esto en determinados sitios de la red en los que he difundido esta página. Sé que son solo unas pocas personas miserables –y a una de ellas la tengo completamente identificada, con nombre y apellidos, que es la que me persigue por todos los sitios de la red por donde piso-, pero desmotiva bastante que determinada gente para dar rienda a su frustraciones, tengan que destruir el trabajo desinteresado que hacen otros.


-En definitiva –y de esto tendré yo la misma culpa que el resto- estoy algo cansada de la dificultad que hay para moverse de forma pacífica en la comunidad viajera por Internet, por la que circulan las envidias, los malos rollos, la destrucción y mucha desunión. Cada uno hacemos la guerra por nuestra parte, es imposible establecer un proyecto común, cada cual quiere abrir su propio foro donde solo mande él (con el patetismo que representa vagar por decenas de foros que no sobrepasan los diez o quince mensajes diarios) y el único que congregaba a más gente (muy buena gente además, en su mayoría) carece de administración y esta lleno de trolls (revientaforos) y personajillos, cuyos conocimientos y experiencias viajeras son inversamente proporcionales a su número de dobles, triples y cuádruples nicks.


O mucho me cambian los ánimos –me tomaré las navidades como periodo de reflexión- o es posible que a primeros de año eche el cierre. Aunque mientras tomo la decisión, seguiré montando el relato de Egipto.

Escrita el 9 de diciembre de 2.006

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estimada Eva, fui yo el que aquella vez te envió al correo solicitándote cierta prontitud en la publicación de los folios del viaje a Egipto, aunque fue más que nada en ánimo de broma, no con el fin de explotar aquellos conocimientos. Sigo tus publicaciones desde el año 2006 y me han resultado de gran utilidad pero mucho más como fuente de inspiración. Mi hermana comienza este año a seguir mis pasos con los viajes largos, se va más de 3 meses al Sudeste Asiático (somos de Argentina y todo nos cuesta más, de por si, arrancamos cada viaje con 1000 dólares menos por tener que ir hasta Europa para comenzar, amen de ganar en pesos argentinos) y lo primero que hice fue pasarle tu enlace para que leyera el relato de Asia. Siempre que la ayudo a preparar alguna parte del viaje (aunque aún no conozco esa zona, solo India) la frase de cabecera es "pero si Eva lo hizo así, no discutas". En fin... un cálido abrazo y que la adicción no termine.

Martín.

martin.delacueva@hotmail.com
www.cuevadelviajero.wordpress.com