miércoles, 10 de octubre de 2007

La página matriz de este blog, Losviajesdeeva cumple seis meses (V de V)

Ahondando en el asunto de las críticas y antes de poner fin a esta serie con los agradecimientos, decir que no hay mucho que comentar sobre este asunto. La web en sí, apenas ha recibido comentarios críticos. Ni presuntamente constructivos, ni siquiera negativos.

Otra cosa bien distinta es quien suscribe, que a pesar de haber casi desaparecido incluso casi de la circulación y de los lugares habituales donde se conversa (o se trata de conversar, que no siempre se consigue) sobre viajes, sigue siendo víctima habitual –más que de críticas- de diversos ataques, unas veces furibundos y en otras ocasiones de carácter más sutil, aunque con las mismas intenciones de intentar hacer daño o al menos fastidiar.

Enumerarlos sería tedioso y altamente improductivo, aunque dentro de estos últimos cabría destacar el más reciente, por ser el más cercano y por su alto grado de inoportunidad. Se trata de un individuo al que no se muy bien quien le dio la vela del entierro o la regadera del jardín donde hace poco se metió. Si he de referirme a su web, indicar que siempre tuve la misma apreciación: Entrar en ella es como cuando en la tele dicen aquello de “ahora damos paso a la publicidad”.

Como ser humano y como viajero, aunque no he tenido contacto personal (de lo cual ahora me alegro bastante), le procesaba cierta simpatía, como siento por todas aquellas personas que además de viajar mucho, comparten una parte –al menos- de sus vivencias. Pero viajar, que es una estupenda medicina, no ayuda a curar la cobardía de quien tira la piedra y esconde la mano o (aunque en este segundo caso no me sienta afectada), la desfachatez de quien se aprovecha de la buena fe y los esfuerzos ajenos para su propio rendimiento económico. Deleznable. Ese puede ser el adjetivo que pegue bien aquí.

¿Cuales son las motivaciones que hacen que esta y otras personas se dediquen a tratar de dañar a quién ni siquiera conocen y a quien nada les ha hecho?. La frustración, la envidia, la falta de afecto, la búsqueda de protagonismo, su verdad universal y absoluta sobre las cosas…. Debo reconocer, que para mi sigue siendo un misterio, dado que me resulta imposible meterme en la cabeza de esta gente.

Dejemos a este y otros sujetos en el baúl de los olvidos, del cual nunca debieron salir y vamos ya con el capítulo de los agradecimientos:

-A Google. Las googlepages no son la maravilla mundial y en bastantes ocasiones son capaces de acabar con la paciencia de cualquiera (textos o fotos que no cambian de tamaño o que se muestran rebeldes o inflexibles a ubicarse donde los quieres poner, caídas del sistema, columnas que se desvinculan de su posición lateral para colocarse debajo…), pero constituyen una herramienta sencilla de utilizar para quienes no tenemos grandes conocimientos en confección y diseño de webs. En general, dan soluciones bastante dignas y atractivas para ser gratis y no contener siquiera un miserable banner publicitario.

-A todos los que me han asesorado u ofrecido ideas para la mayor optimización de esta herramienta y que ha hecho posible que las diferentes secciones de la web resulten más atractivas.

-A quienes me animaron a poner en marcha esta página, que por lo general, resultaron ser usuarios participantes del foro de Lonely Planet.

-A los administradores de otros sitios de internet donde se ha dado a conocer esta página, en especial a esos excelentes viajeros con estupendas páginas personales que me han enlazado en sus espacios. Por supuesto, yo también los tengo presentes a ellos en el mío, más que por reciprocidad pura y dura, por la enorme calidad de sus sitios y por su indiscutible valía humana.

-A quienes me remiten correos ofreciéndome ayuda para nuestros proyectos viajeros presentes o futuros. No son muchos, pero es una delicia de indescriptible placer, que gente que no te conoce y aterriza en tu página se pongan en contacto contigo, no para pedirte información, sino para ofrecerla a cambio de nada. Especial mención quiero dedicar para quienes hicieron posible que nuestro viaje a Egipto saliera perfecto y a los que están logrando que el próximo a Oriente Medio lleve el mismo camino.

-A quienes me remiten correos solicitando información o aclaraciones, especialmente a aquellos que después de realizar el viaje te vuelven a escribir y te cuentan que tal les fue. Los contadores de visitas dan la certeza de que hay personas al otro lado de la página, pero una no llega a creérselo del todo hasta que esa presencia se manifiesta

-A todos los que deciden dedicar unos minutos de su valioso tiempo a firmar o poner un comentario en el libro de visitas.

Escrita el 26 de febrero de 2.007

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