sábado, 6 de octubre de 2007

Preparar un viaje: Hoja de excel, el imán del frigorífico y un juego de libretas (I de VI)

Normalmente, tratamos de comenzar la planificación de los viajes con bastante antelación. Si bien los preparativos del viaje a Oriente Medio los iniciamos con casi diez meses sobre las fechas previstas, aunque al final –por razones ajenas- se van a ir a los dieciséis; los periodos de planteamiento de los viajes no suelen ser tan largos. Un par de meses nos resultan ser suficientes para planificar un circuito por Europa y el doble de tiempo para concretar un periplo por cualquier zona del resto del mundo. Naturalmente, me estoy refiriendo a viajes a lugares múltiples y superiores a las dos semanas de duración.

Una vez elegidos los destinos, lo primero es definir los objetivos del viaje. ¿Qué es lo que realmente queremos hacer?. La respuesta casi siempre suele ser la misma: Variedad, que el itinerario sea lo más diverso posible. Es raro que nos decidamos por ir dos semanas a ver ruinas, a hacer caminatas por la naturaleza, a bucear a las barreras de coral, o a deambular por el desierto. Una mezcla en dosis pequeñas de diferentes fórmulas suele constituir casi siempre nuestro ideal. Y generalmente, con un predominio mayor de la civilización sobre la naturaleza (y entendiendo por civilización, aquellos lugares habitados por el ser humano, desde por ejemplo Sydney, a una aldea Massai)

El párrafo anterior es una simple exposición de unos gustos determinados, que son los nuestros. Es complicado y muy farragoso intentar recomendar una forma o estilo de viajar. Cada uno tenemos el propio y creo, que todos son buenos: Desde quien necesita veinte días para recorrer diez kilómetros cuadrados, hasta los que en ese tiempo se dan media vuelta al mundo.

Una vez elegidos los destinos empieza el trabajo de campo. Se trata de construir un itinerario y para ello recurrimos fundamentalmente a las opiniones que manifiestan en la red los usuarios que han visitado esos destinos, a lugareños y a los circuitos que planean las agencias de viajes. Tratamos de meter los máximos lugares posibles. ¡Ya habrá tiempo para recortar!.

Y es que la tijera entra en acción en la siguiente fase, una vez que nos ponemos en la búsqueda de los transportes adecuados, que nos permitan calcular el número de horas necesarias para los desplazamientos y las condiciones de los mismos (si se hará de noche o de día, en un medio más caro o más barato…)

Es a partir de aquí, donde se pone en marcha nuestro primer tesoro viajero: La Hoja de Excel. Este documento aglutina en un solo folio –a lo sumo en dos- la fotografía del proyecto del viaje, de la que haremos cuatro o cinco copias que irán repartidas por todos los bultos del equipaje.

Consta de las siguientes columnas verticales:

1.- Día (1, 2, 3…).

2.- Fecha (día y mes)

3.- Lugar: Señala el lugar de visita o tránsito previsto para esa jornada.

4.- Alojamiento. Colocamos en la casilla el nombre del alojamiento y una llamada (1), (2)... Si se va a esa llamada en la parte final de la hoja, se especifican de forma horizontal las características del alojamiento, su dirección y precio.

5.- Trayecto: En orden cronológico y descendente, los trayectos a realizar.

6.- Salida: Hora de salida del medio de transporte.

7.- Llegada: Hora de llegada del medio de transporte.

8.- Precio. Precio del transporte. La columna de precios se auto suma automáticamente en una casilla, abajo

9.- Observaciones. Todo tipo de comentarios sobre el medio de transporte (compañía, transbordos….).

En diversas casillas libres, se establece el tipo de cambio de las monedas a usar, el nódigo de los vuelos (billete electrónico) y se referencia el número de póliza de seguro de viaje, en caso de tenerla contratada.

Escrita el 25 de octubre de 2.006

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