viernes, 7 de agosto de 2009

Gracias Lupe, por esta joya

Esta mañana recibí una joya, que me envió Lupe Martínez, en forma de correo electrónico. Su contenido me emocionó bastante, porque no solo es la historia de una vida por el mundo, sino toda una filosofía viajera, que comparto casi al 100%. Tras tener su autorización, pensé en la forma de cómo presentar su relato. Se me ocurrió partirlo en trocitos y hacer comentarios. Pensé también, en exponer sus ideas, pero omitir su historia. Finalmente llegué a la conclusión, de que la forma de no desvirtuar nada el mensaje, era transcribir el relato de forma literal e integra.

Así que la reflexión de hoy, la pone Lupe, aunque es como si la pusiera yo. Y como le he dicho en privado, espero algún día formar parte, de la historia que viene a continuación.

“Navegando al azar, por las reflexiones viajeras, he leído post antiguos y me ha aparecido uno de 2006, en el que reflexionas sobre los que viajan solos/as (
http://reflexionesviajeras.blogspot.com/2007/10/me-aterrara-viajar-sola-sin-poder.html). He pensado en comentarlo en el blog, pero al ser tan antigua, seguro que no la leerías nunca, así que para distraerme un rato, te voy a dar ahora mi punto de vista.

Viajar solo (o sola, en mi caso) a veces es un autentico coñazo.
Pero otras veces es lo mejor que te pueda suceder. Ante la disyuntiva de viajar sólo o quedarse en casa, para mí la mejor opción es viajar. Viajar sola que es más difícil aún, a priori y desde casa, que luego no lo es tanto.

Exige mucha preparación previa. Hay que comenzar poco a poco, con escapadas de una o dos semanas, para conocerse, antes de tirarse uno, dos o tres meses por el mundo. El viaje empieza en la librería (ultimamente en Internet) mucho antes y yo al menos me pongo muy ansiosa, pero lo más difícil siempre, es dar el primer paso. Una vez comprado el billete de avión, ya no hay vuelta atrás, así que de mi misma, dependerá lo bien que me resulte. Eso me da seguridad y vértigo a la vez..

Tampoco puedes ir tu sola por donde quieras. Hay países en los que el miedo te paraliza a la hora de comprar el billete, más siendo mujer, pero eso va variando con la edad y con el conocimiento. (no hablo de los países árabes, que conste). Y hay momentos malos, muy malos. en los que te preguntas qué puñetas haces tu allí, pasando frío, si te importa todo ya un pito. Pero también los pasas cuando viajas con alguien y te sale todo al revés.

Pero cuando tienes que coger el avión de vuelta, esos momentos malos y de bajón, no han existido nunca; ya pasaron, y sólo quieres más tiempo para viajar más.

De mis viajes en solitario, han surgido las amistades más desinteresadas, tolerantes y generosas, que he tenido y que probablemente tendré jamás.
Algunos de esos amigos del camino, sólo permanecen un año en contacto frecuente conmigo, otros ni siquiera eso, y unos cuantos, llevan lustros conmigo e incluso ahora viajamos juntos varias veces al año.

No sólo el paisaje es interesante en un viaje, también lo es el paisanaje. El local y el foráneo. Una cena, un café, un té o una cerveza a kilómetros de distancia de tu entorno, si es con alguien que tiene algo que contar, sabe mejor que el maná. Y es tan oportuno como aquél.

Mi primer viaje, al extranjero se entiende -hasta entonces me iba al pueblo con mis padres-, lo hice sola y muertita de miedo. y en estado de depresión post-ruptura sentimental. Escogí como destino una ciudad grande, con muchísimos museos. Planifique visitar uno por jornada, ocupar bien mi tiempo para no pensar...Y llegó el último día y ése mismo día por la mañana, corriendo para no perder el avión de vuelta por la tarde, visité el único que pude, ¡sólo por decir que había hecho algo cultural en Londres!

En mi segundo viaje a Amsterdam, me recuerdo llorando las dos horas de trayecto en el avión de vuelta, recordando los buenos momentos que pasamos el argentino David y yo, los últimos días. Luego nos vimos en Madrid y luego nunca más se supo. No fue ningún amor de vacaciones, fue un amigo de vacaciones.
Y viajé más y más. A Alemania y ya desde el avión conocí gente. David y luego Silvia. Cenar y salir de noche es muy duro, si no imposible viajando sola. Pero hay gente que viaja sola por otros motivos (negocios) y están deseando quitarse el traje de romano, para dar una vuelta y recordar sus tiempos de interrail

Por no estar sola y darle gusto al pueblo, que me miraba espantado cada vez, que me oían contar lo bien que me lo pasaba sola por ahí, una vez fui con un compañero de trabajo a Marruecos. Lo peor que pude hacer en mi vida. Nunca mais. Probé entonces con estancias y conocí en una especie de campamento náutico, a la que hoy es mi mejor compañera de viaje y amiga: la Feli, con la que, a priori, no tenía casi nada en común. Bueno, ahora si, los sellos en el pasaporte.

Viajé sola a Turquía, en un organizado desastroso, al que demandé nada mas volver (fue mi ultima vez en organizado) Y allí cambió mi vida. Conocí a Hannah, la persona a la que quiero parecerme cuando sea mayor. Dicho esto, suficiente. He vuelto a verla en Turquía 2 veces y una tercera en su Holanda natal. Ahora no nos escribimos tanto, pero siempre nos llamamos por nuestro cumple. Hannah tiene 65 años y es ciudadana del mundo. Una genia.

En Túnez tuve la suerte, de coincidir en su día libre con un conductor de autobús urbano de la capital y de después animarme a aceptar la invitación, de visitar a su familia (objetivamente una locura, pero subjetivamente y en aquel momento lo mas natural del mundo). Lo pasé tan bien con ellos, que volví unos meses más tarde con Feli y Ana Rosa. Para las tres lo mejor de aquel viaje, mi familia tunecina, que es la de Saif.

Nos llamamos desde entonces, en el aniversario del día que nos conocimos y es realmente gracioso, porque su madre no habla ni papa de francés ni de ingles, pero me manda mil amores, que yo los siento.

También conocí a una familia de sicilianos, en un hotel de lujo al que me colé, después de cenar en mi tres estrellas cutroso. Y nos llevamos tan bien, que dos años mas tarde, acepté la invitación a conocer parte de su isla. Continué el viaje por Italia, ya sola, sin familia siciliana y arrivé en Milan.. En Padova conocí a la linda Hiromi, del Japón, que lee mis blogs con esfuerzo. También al muchachito, que me pidió matrimonio en Venezia (por supuesto dije que si) y con el que me colé (sin quererlo), en una góndola

Ya mas animada, después de las medias distancias, pasamos a las grandes: A los destinos lejanos. Vietnam: Horrible experiencia con un colega de trabajo de Feli, que se unió al grupo y al llegar a la bahía de Halong, yo planteé irme sola. Y me hubiera ido tan feliz, de no ser por que Feli, se vino conmigo y se quedó él con su mal rollo y su sapiencia.

Luego Brasil, la Argentina (donde todo fue bien y conocimos, entre otros, a las incansables Geor y CECI), la India ( con Feli y la excelente, previsora y eficaz, Ana Rosa y gentes hindúes con los que chateo de vez en cuando. Y más tarde, Nepal (con Pyru, la checa y Oscar y los buenos momentos en moto, con Miquel y Niurka), Laos, Camboya y Tailandia. (en estos dos últimos países, se dio el reencuentro con las argentinas).

En los tiempos en los que viajaba sola, ¡no estaba sola mas que cuando yo quería!!. Mis queridos Jan paul y thang, los franceses chinoises, que me acompañaban en Bangkok y que me hacían reír tanto, Sussana, la recién divorciada italo-sueca y el resto del grupo que se formó en Luang Prabang, Pascal, mi suizo relojero, la amable Nathalie.., Sebas, el polaco residente en Londres…

Del resto de mis viajes. un popurri de buenas gentes: Adele, la guardia forestal de Nueva Zelanda, Husseyin y Beatrize de Vizenza, que me enseñaron su casa de verano, Nelle y Esther de Rotterdam, Patrick de Irlanda, que me llevó a cenar en mi 24º cumpleaños, Jonah el del pingpong y las cucharitas en Amsterdam, Wilfried de Amberes, al que visitaré en Septiembre, antes de partir para Nueva York, Sonia y Juan de Santiago, David el escalador, que me enseño a montar en moto, el señor Thang, Martin, Oscar "el cuerpo", que nos invitó a su boda, Isadora, la andaluza que lee a Kierkegard en alemán y que acaba de ser mamá, Roberto, con el que Edu y yo hicimos botellón, en la fontana di trevi, Zahd, el iraní viajero, JL, Tolga , Omer y Ozgür, tres turcos maravillosos, Isabel, que es lo más valiente y alegre que conozco, Claudia y sus hijos, Marlon y toda su familia en Colombia, Ference y Michele... Y mi admirado Wolfrang, que en 7 horas de tren me contó, su -para mis 18 años- interesantísima vida y yo la escuchaba ensimismada y asombrada de que me la estuviera narrando, ¡precisamente a mi!.

Esas gentes son parte de mi vida. Y estoy segura, de que no hubiera conocido a esas gentes, de no estar viajando sola: Yo o ellos (o ambos)

Aún hoy me aterra viajar sola. Al principio, hacerme a la idea de que tengo que ir sola es lo que me da pánico. Pero me aterra mucho más, viajar con gente que no conozco bien. O que tiene expectativas de algo, que yo no. O que por viajar juntos, se vean en la obligación de tener que ir, hasta al baño juntos. Y definitivamente me horroriza, tener que quedarme en casa queriendo irme. El camino es de todos y siempre hay alguien que hace tu mismo recorrido.

Una vez leí en algún sitio, una cita que decía algo así como: " Una de las cosas maravillosas que te pueden suceder en este mundo, no es otra que saltar la tapia del jardín de tu vecino, que te encuentre allí y conseguir, no sólo que no te eche a patadas, sino que te invite a un té y que además te de conversación"

Y yo añado, "y que te deje tranquilamente allí, sin darte la lata, si se lo pides"
Cruzar una frontera es algo así como saltar una tapia, ¿no?.

Así que Eva, te invito a que lo pruebes. Viaja sola cuando sea tu momento.
Viajar sólo, no es una imposición circunstancial, ni una elección. A veces es una buena idea, sin más, y como todo en esta vida, es temporal.

Un beso, feliz viaje (esta vez en compañia)

Lupe

PD: Aunque hay viajes que no salen tan bien, no te creas...De los peores que he tenido han sido por España. Para el españolito medio, la idea que tiene del españolito que viaja sólo (y más aún si es por libre), es que es un raro y no tiene amigos, ni amigas, ni novios y es un insocial, un hippi, un perroflautas o un iluminao. Y no se te acercarán, mas que otros iluminaos. Ahí queda eso”

2 comentarios:

Manuel dijo...

Gracias a las dos, por este bonito detalle

Manuel

Cristina dijo...

Que envidia os tengo, condenadss. Ojalá algún día, pueda tener recuerdos similares.

Besos.

Cristina