domingo, 7 de febrero de 2010

Sobre ignorancia, racismo y los que se creen que España, es el ombligo del mundo

Dicen las estadísticas, que España es el tercer país del mundo, en cuanto a donaciones, por la catástrofe de Haití (de la que los medios de comunicación, ya apenas se acuerdan). Este dato, que a algunos les hará enternecerse y sentirse orgullosos, contrasta –y no me sorprende-, con lo que cada vez más, voy constatando en mi vida cotidiana y que no es otra cosa, que el incremento, del visceral rechazo a los inmigrantes y una radicalización de las opiniones, sobre todos aquellos, que desembarcan en nuestro país, simplemente, para ejercer su derecho a procurarse, un futuro próspero.

Quienes así actúan, suelen responder a unas características y lugares comunes. Por supuesto, no reconocen ser de ultraderecha –como de hecho, son- o racistas –aunque sorprendentemente, una amiga que proclama estas ideas, el otro día, fue capaz de asumir sin rubor, que quizás, si lo sea-. De nada sirve que les expliques, que puestos a discriminar, todos encontraríamos argumentos, para tratar de marginar a cualquier persona, aún teniendo el mismo lugar de nacimiento. Así, los altos podrían desmerecer a los bajos, los ricos a los pobres, los guapos a los feos, los universitarios a los analfabetos… y ¡para que seguir!.

Suelen ser, sujetos de baja formación académica –aunque no siempre-, porque la ignorancia, es lo más atrevido del mundo. De nada sirve que les expliques, que si España es hoy un país próspero, la población crece y también los ingresos a la Seguridad Social –con los que se pagan las pensiones, por ejemplo-, es por las aportaciones de los inmigrantes, que además, hacen aquellos trabajos, que los españoles no queremos realizar.

Tampoco recuerdan, cuando los españoles emigrábamos a Alemania, Suiza y Francia, durante los años sesenta. Y no lo hicimos a Hispanoamérica, de donde proceden, los que ellos llaman sudacas, porque la mano de obra que allí necesitaban, en aquellos tiempos, era cualificada y los españolitos de a pie, no daban la talla, ni tenían las suficientes capacidades.

Por supuesto, de aquellos emigrantes patrios, pocos fueron los que se interesaron, por integrarse en sus sociedades de acogida y aún menos, los que aprendieron alemán, francés o inglés. Mientras, cualquier rumano, búlgaro o bosnio, te habla en nuestro idioma, después de dos semanas de residencia. Y que decir, de los latinoamericanos, cuya verborrea, es fácil que deje en mal lugar, a los desestructurados, pobres, chabacanos y engreídos hablares ibéricos, llenos de vulgaridades e incorrecciones, gramaticales y sintácticas.

No es difícil pronosticar, por aventurado que parezca, que España volverá a ser, un país de emigrantes. No sé desde que momento, ni a donde tendremos que ir, pero tendrá que ocurrir. Porque no hay nación que soporte, casi cinco millones de parados, la tasa más elevada de la Unión Europea, junto a Letonia

No sé que es lo que, pero en España, algo se nos ha subido a la cabeza. Desde hace un tiempo, nos creemos el ombligo del mundo –cada vez que vuelvo, de cualquier viaje por el extranjero, lo constato más- y nos sonrojamos y escandalizamos, porque el comisario europeo Almunia –que no deja de ser español-, compare nuestra situación, a la de Grecia. Yo voy más lejos: He estado hace un par de semanas en Portugal y me dio la sensación, de que se vive mejor que en España. Al menos allí, solo se paga el 12% de IVA y no el 18%, como nos clavarán aquí, desde el próximo julio.

Y si aún, con los datos que he dado, no conseguís identificar a los sujetos de los que versa esta reflexión, os añado algunas características más: Odio visceral a Zapatero, -político, en que han concentrado todas sus iras y frustraciones, inspirados por desvergonzados medios de comunicación- y creencia absoluta, de que tienen toda la indiscutible verdad. Debes respetarlos, por supuesto, aunque ellos no admitan ninguna forma de pensamiento, distinta a la suya

Son personas que, generalmente en la vida, solo ven un único camino: El que han forjado o les han instruido de pequeños y se niegan, a hacerse cualquier planteamiento, que les desvíe de esa senda. Y además, son intransigentes, con que otros pretendamos hacerlo. Pero esta última realidad, da para mucho más que para un párrafo. Así, que le dedicaré, la próxima reflexión.

3 comentarios:

vicente dijo...

estoy muy de acuerdo contigo, eva. por tratar de enocntrar una excplicación a lo del ombligo del mundo, pienso que la gran transformación que ha tenido españa en los últimos años (para bien), nos ha hecho perder el sentido de la realidad y nuestra posición real en el mundo, que desde luego,no es puntera, como ahora imaginamos.

saludos.

vicente

monica dijo...

Eva, que acertada reflexión. Y me preguntaría, ¿qué nos han hecho a nosotros los griegos, para que cuando nos comparan con ellos, nos entre el pánico y el mal humor?. Con lo bueno que está el yogurt griego!!

Anónimo dijo...

Una cita de tu escrito: Y no lo hicimos a Hispanoamérica, de donde proceden, los que ellos llaman sudacas,

Perdona? Hablas en primera persona, error que puede pasarse por alto ( como cuando algunos sudamericanos dicen a uno que otro español que ellos violaron a sus abuelas e indígenas y etc etc), cosa que, a conveniencia muchos aquí en España dicen: "hay que olvidar" ja ja!

Pues bien, de donde sacas que no fuisteis a Hispanoamérica? Y todos los abuelitos, bisabuelos y hasta padres que fueron a países latinoamericanos a buscarse la vida cuando esto estaba peor que peor y a donde va a volver a parar?

Pensé que estaba bien documentada usted, para este escrito que por encima se ve muy interesante me parece un tonto, pero al mismo tiempo terrible error garrafal de ignorancia por su parte...